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15 de Junio, 2007 · General

los desvarios de la memoria (II)

INFORME ESPECIAL

Los desvaríos de la memoria (II)

 

(Corresponsalía Corrientes) A veces la memoria nos juega una mala pasada y no recordamos lo que nos pasa. Pero como la ceguera, seguramente la peor memoria es aquella que no queremos recordar, la que queremos obviar o borrar, tal vez porque no conviene. El ex Presidente Nicolás Avellaneda advertía severamente: “los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla”. ¿Qué pasaría entonces con aquellos pueblos cuyos gobernantes pretenden imponer una “visión” distorsionada de la realidad y una “memoria” retocada del pasado, acorde a sus pretensiones?

 

En la ciudad de Mercedes una docente se atrevió a “prescindir” de la composición musical intitulada “la memoria” de León Gieco, letra del repertorio del rock argentino que consideró conveniente obviar para una clase de cultura musical. Es un pésimo ejemplo y está mal. Mandar a los alumnos a arrancar la hoja de un libro, es restar opciones para el análisis y un intento por suprimir el libre albedrío. Es tan malo como los intentos tiránicos por avasallar la propagación del conocimiento a partir de la quema de libros, por ejemplo. O de los tiempos en que se pronunciaba el eslogan: “alpargatas sí, libros no”. 

 

No existen las verdades absolutas, tanto como que no existe el periodismo objetivo. El periodismo también escribe la historia. Tal vez no siempre con el rigor científico propio del investigador y el historiador. Existe a lo sumo la posibilidad de ejercer un trabajo OBJETIVADO, que consiste en buscar la verdad. Tender hacia la certeza y la certidumbre. O al menos el acopio de todos los puntos de vista que se pudieran reunir respecto de un tema. Escuchar todas las campanas, como quién dice. Para que el lector, oyente, o espectador tenga a su disposición todas las opiniones y expresiones para no caer en absolutismos, propios de tiranos y totalitarios.

 

Como una forma de contribuir al esclarecimiento del pasado es que desde Tiempo de Noticias queremos exponer “las dos caras de la moneda”, para que el público perceptor coteje con sus conocimientos propios esta información y saque libremente sus propias conclusiones. Es conveniente dejar debidamente aclarado que por nada, ni bajo ningún punto de vista podemos justificar el terrorismo de Estado, como podría estar sucediendo en Cuba, oportuna aclaración para que ningún tonto apresurado considere lo contrario. Tal vez la profunda autocrítica y “mea culpa” de todos los sectores involucrados resulte un principio de solución. Para que no corramos el riesgo de ser engañados. Hacemos votos para que la verdad nos ilumine y NUNCA MAS volvamos a la barbarie del terrorismo de Estado, ni la imposición de las ideologías por la fuerza o por las armas.

 

 

Tesis "de los dos demonios"

Decreto 157 - 13 de Diciembre de 1983

 

Considerando:

 

Que en el mes de mayo de 1973 los órganos constitucionales de la legislación sancionaron una amplia y generosa amnistía, con el propósito de poner punto final a una etapa de enfrentamientos entre los argentinos, y con la aspiración de que esa decisión de los representantes del pueblo sirviera como acto inaugural de la paz que la Nación anhelaba.

 

Que el cumplimiento de ese objetivo se vio frustrado por la aparición de grupos de personas, los que, desoyendo el llamamiento a la tarea común de construcción de la República en democracia, instauraron formas violentas de acción política con la finalidad de acceder al poder mediante el uso de la fuerza.

 

Que la actividad de esas personas y sus seguidores, reclutados muchas veces entre una juventud ávida de justicia y carente de la vivencia de los medios que el sistema democrático brinda para lograrla, sumió al país y a sus habitantes en la violencia y en la inseguridad, afectando seriamente las normales condiciones de convivencia, en la medida que éstas resultan de imposible existencia frente a los cotidianos homicidios, muchas veces en situaciones de alevosía, secuestros, atentados a la seguridad común, asaltos a unidades militares de fuerzas de seguridad y a establecimientos civiles y daños; delitos todos estos que culminaron con el intento de ocupar militarmente una parte del territorio de la República

 

Que la dimensión que alcanzaron estos flagelos en la sociedad argentina no puede explicarse sólo por motivos racionales, debe reconocerse la existencia de intereses externos que seleccionaron a nuestro país para medir sus fuerzas.

 

Que la instauración de un estado de cosas como el descripto derivó asimismo en la obstrucción de la acción gubernativa de las autoridades democráticamente elegidas, y sirvió de pretexto para la alteración del orden constitucional por un sector de las fuerzas armadas que, aliado con representantes de grupos de poder económico y financiero usurpó el gobierno y, mediante la instauración de un sistema represivo ilegal, deterioró las condiciones de vida del pueblo, al cual condujo además al borde de una crisis económica y financiera, una guerra y a la derrota en otra, y sin precedentes.

 

Que la acción represiva antes aludida, si bien permitió suprimir los efectos visibles de la acción violenta y condujo a la eliminación física de buena parte de los seguidores de la cúpula terrorista y de algunos integrantes de ésta, sin perjuicio de haberse extendido a sectores de la población ajenos a aquella actividad, vino a funcionar como obstáculo para el enjuiciamiento, dentro de los marcos legales, de los máximos responsables del estado de cosas antes resumidos, la preferencia por un sistema basado en la acción directa de órganos autorizados por la autoridad instaurada no dejó margen para la investigación de los hechos delictivos con arreglo a la ley.

 

Que la restauración de la vida democrática debe atender, como una de sus primeras medidas, a la reafirmación de un valor ético fundamental: Afianzar la justicia; con este fin, corresponde procurar que sea promovida la persecución penal que corresponda contra los máximos responsables de la instauración de formas violentas de acción política, cuya presencia perturbó la vida argentina, con particular referencia al período posterior al 25 de mayo de 1973.

 

Que con la actuación que se preconiza se apunta, simultáneamente, al objetivo de consolidar la paz interior.

 

Que esa persecución debe promoverse por lo menos, en orden a los delitos de asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen, otros atentados contra el orden público y rebelión; todo ello sin perjuicio de los demás delitos que se pongan de manifiesto en el transcurso de la investigación, y en los que las personas a quienes se refiere el presente decreto hayan intervenido directamente, o como autores mediatos, instigadores o cómplices. No puede ser obstáculo para esta persecución la circunstancia de que algunas acciones hayan acontecido en el extranjero, en virtud de lo dispuesto por el art. 1 inc. 1 de Código Penal.

 

Que para promover la investigación de los hechos, es aconsejable solicitar la intervención del procurador general de la Nación. Este órgano, que integra la Corte Suprema de Justicia (arts 6 de la ley 27 y 21 del dec. ley 1285/58) y es por tanto independiente del Poder Ejecutivo, tiene a su cargo la dirección superior del Ministerio Público Nacional (art. 116, inc. 3 del Código de Procedimientos en Materia Penal), y posee, en consecuencia las atribuciones necesarias para instrumentar, por medio de los procuradores fiscales de primera y segunda instancia, los distintos aspectos de la encuesta informativa a practicarse y del ejercicio de la acción pública (art. 118, inc. I del Código de Procedimientos en Materia Penal).

 

Que con el objeto de facilitar la puesta en marcha de la persecución penal, ha de disponerse que todas las dependencias de la administración pública nacional, donde exista información relativa a las actividades ilegales de las personas a quienes se refiere este decreto, le remitan directamente al señor procurador general de la Nación o a la oficina que éste disponga.

 

Que, asimismo, corresponde requerir la colaboración de los señores gobernadores de Provincias (art. 110 de la Constitución Nacional ), solicitándoles que dispongan idéntica remisión desde las administraciones provinciales.

 

Que por otra parte, ha de tenerse en cuenta que la persecución penal de los hechos a que se refiere este decreto interesa a todos y a cada uno de los habitantes, en particular a las víctimas, los que podrán, en uso de sus derechos, realizar aportes informativos dirigidos al esclarecimiento de esos delitos y al acopio de elementos probatorios contra sus autores.

 

Que con la finalidad de atender a estos requerimientos es necesario practicar los ajustes presupuestarios destinados a permitir que la oficina que en definitiva resulte comisionada para recibir la información referida cuente con el equipamiento de personal y elementos que hubiere menester.

 

Por ello el Presidente de la Nación Argentina decreta:

 

Art 1

 

Declárase la necesidad de promover la persecución penal, con relación a los hechos cometidos con posterioridad al 25 de mayo de 1973, contra Mario Eduardo Firmenich (L.E. 7.794.388); Fernando Vaca Narvaja (L.E. 7.997.198); Ricardo Armando Obregón Cano (L.E. 2.954.758); Rodolfo Gabriel Galimberti (C.I. 5.942.050); Roberto Cirilo Perdía (L.E, 4.399.488); Héctor Pedro Pardo (L.E. 7.797.669); y Enrique Heraldo Gorriarán Merlo (LE. 4.865.510) por los delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público, sin perjuicio de los demás delitos de los que resulten autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices.

 

Art. 2

 

Póngase esta decisión en conocimiento del señor procurador general de la Nación , a quien se solicitará que expida las directivas necesarias para organizar la investigación que corresponda y ejercer la acción pública.

 

Art. 3

 

Todas las dependencias de la Administración pública nacional remitirán a la oficina que indique el procurador general de la Nación , dentro del plazo de quince (15) días hábiles de la fecha, toda la información de que dispongan respecto de las actividades ilegales de las personas a que se refiere el art. 1.

 

Art. 4

 

Invítase a los señores gobernadores de provincias a disponer análoga remisión a la prescripta en el artículo anterior.

 

 

 

PRÓLOGO DEL “NUNCA MÁS” 

EDICIÓN DEL 30 ANIVERSARIO DEL GOLPE DE ESTADO

 

Nuestro país está viviendo un momento histórico en el ámbito de los derechos humanos, treinta años después del golpe de Estado que instauró la más sangrienta dictadura militar de nuestra historia. Esta circunstancia excepcional es el resultado de la confluencia entre la decisión política del gobierno nacional que ha hecho de los derechos humanos el pilar fundamental de las políticas públicas y las inclaudicables exigencias de verdad, justicia y memoria mantenidas por nuestro pueblo a lo largo de las últimas tres décadas.

 

A partir del restablecimiento de las instituciones constitucionales el 10 de diciembre de 1983 hubo grandes hitos como el informe de la CONADEP que hoy vuelve a reeditarse y el juicio a los integrantes de las tres primeras juntas militares, entre otros procesos judiciales. Hubo también pronunciados retrocesos como las llamadas leyes de “punto final” y de “obediencia debida” y los indultos presidenciales a condenados y procesados por la justicia federal.

 

Las exigencias de verdad, justicia y memoria están hoy instaladas como demandas centrales de vastos sectores sociales. Como lo afirmaban las Madres de Plaza de Mayo ya bajo la dictadura militar, cuando planteaban los dilemas de la verdadera reconciliación nacional, “el silencio no será una respuesta ni el tiempo cerrará las heridas”.

 

Por ello recordar el pasado reciente con la reedición del NUNCA MÁS este año del 30 Aniversario del golpe de Estado de 1976, tiene un significado particular cuando a instancias del Poder Ejecutivo, el Congreso ha anulado las leyes de impunidad y una Corte Suprema renovada las ha declarado inconstitucionales y ha confirmado el carácter imprescriptible de los crímenes de lesa humanidad.

 

Reafirmar el valor de la ética y de los derechos humanos en la profunda crisis heredada de la dictadura militar y de las políticas neoliberales no es una retórica declaración de principios en la Argentina posterior a los estallidos sociales de diciembre de 2001. Se trata de afianzar la ética de la responsabilidad en todos los órdenes de la actividad pública y la única manera de otorgar a las políticas públicas un contenido de justicia real y concreto.

 

Hace dos años, el 24 de marzo de 2004, se firmó en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el Acuerdo para establecer el Espacio de la Memoria entre el Gobierno Nacional y el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que puso fin de manera simbólica a cualquier intento de justificación de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado.

 

Es preciso dejar claramente establecido -porque lo requiere la construcción del futuro sobre bases firmes- que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas, como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares frente al apartamiento de los fines propios de la Nación y del Estado que son irrenunciables.

 

Por otra parte, el terrorismo de Estado fue desencadenado de manera masiva y sistemática por la Junta Militar a partir del 24 de marzo de 1976, cuando no existían desafíos estratégicos de seguridad para el statu quo, porque la guerrilla ya había sido derrotada militarmente. La dictadura se propuso imponer un sistema económico de tipo neoliberal y arrasar con las conquistas sociales de muchas décadas, que la resistencia popular impedía fueran conculcadas. La pedagogía del terror convirtió a los militares golpistas en señores de la vida y la muerte de todos los habitantes del país.

 

En la aplicación de estas políticas, con la finalidad de evitar el resurgimiento de los movimientos políticos y sociales, la dictadura hizo desaparecer a 30.000 personas, conforme a la doctrina de la seguridad nacional, al servicio del privilegio y de intereses extranacionales.

 

Disciplinar a la sociedad ahogando en sangre toda disidencia o contestación fue su propósito manifiesto. Obreros, dirigentes de comisiones internas de fábricas, sindicalistas, periodistas, abogados, psicólogos, profesores universitarios, docentes, estudiantes, niños, jóvenes, hombres y mujeres de todas las edades y estamentos sociales fueron su blanco. Los testimonios y la documentación recogidos en el NUNCA MÁS son un testimonio hoy más vigente que nunca de esa tragedia.

 

Es responsabilidad de las instituciones constitucionales de la República el recuerdo permanente de esta cruel etapa de la historia argentina como ejercicio colectivo de la memoria con el fin de enseñar a las actuales y futuras generaciones las consecuencias irreparables que trae aparejada la sustitución del Estado de Derecho por la aplicación de la violencia ilegal por quienes ejercen el poder del Estado, para evitar que el olvido sea caldo de cultivo de su futura repetición.

 

La enseñanza de la historia no encuentra sustento en el odio o en la división en bandos enfrentados del pueblo argentino, sino que por el contrario busca unir a la sociedad tras las banderas de la justicia, la verdad y la memoria en defensa de los derechos humanos, la democracia y el orden republicano.

 

Actualmente tenemos por delante la inmensa tarea de revertir una situación de impunidad y de injusticia social, lo que supone vencer la hostilidad de poderosos sectores que con su complicidad de ayer y de hoy con el terrorismo de Estado y las políticas neoliberales la hicieron posible. Por ello al mismo tiempo nos interpelan los grandes desafíos de continuar haciendo de la Argentina , frente a esas fuertes resistencias, no sólo un país más democrático y menos autoritario, sino también más igualitario y más equitativo.

 

El NUNCA MÁS del Estado y de la sociedad argentina debe dirigirse tanto a los crímenes del terrorismo de Estado -la desaparición forzada, la apropiación de niños, los asesinatos y la tortura- como a las injusticias sociales que son una afrenta a la dignidad humana.

 

El NUNCA MÁS es un vasto programa a realizar por el Estado nacional, por las provincias y municipios y por la sociedad argentina en su conjunto, si queremos construir una Nación realmente integrada y un país más justo y más humano para todos.

 

Marzo 2006

SECRETARÍA DE DERECHOS HUMANOS DE LA NACIÓN

 

 

 

¿Quien tiene la culpa?

Por el inefable TATO BORES

 

He aquí el inconfundible aporte y legado de un gran pensador y humorista, que ya no está, pero que se lo extraña mucho. ¿Y si empezáramos a repasar nuestras propias culpas, cuanto peor nos podría ir? ¿No será ya la hora de asumir nuestras propias debilidades y responsabilidades y empezar a hacer algo al respecto?

 

La culpa de todo la tiene el ministro de Economía dijo uno. 

 

No señor!!!, dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango  debajo del zócalo. La culpa de todo la tienen los evasores.

 

Mentiras!!! dijeron los evasores mientras cobraban el 50 por ciento  en negro y el otro 50 por ciento también en negro. La culpa de todo la  tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto!!!

   

Falso!!! dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto  al estornudo. La culpa de todo la tiene la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.

   

Pero, por favor...!!! dijo un empresario de la patria contratista  mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas publicas. La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.

 

Calumnias!!! dijo un banquero mientras depositaba a su madre a siete  días. La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.

 

Se equivoca!!! dijo un corrupto mientras vendía a cien dólares un  libro que se llamaba "Haga su propio curro" pero que, en realidad sólo contenía páginas en blanco. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.

   

No es cierto!!! dijo un empleado público mientas con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. La culpa de todo la tienen los

Políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.

 

Eso es pura maldad!!! dijo un diputado mientras preguntaba donde quedaba el edificio del Congreso. La culpa de todo la tienen los dueños de la  tierra que no nos dejaron nada.

   

Patrañas!!! dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el  placer de tirar manteca al techo. La culpa de todo la tienen los comunistas.

   

Perversos!!! dijeron los del politburó local mientras bajaban línea  para elaborar el duelo. La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.

 

Verso!!! dijo un guerrillero mientras armaba un coche-bomba para  salvar a la humanidad. La culpa de todo la tienen los fascistas.

 

Malvados!!! dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero. La culpa de todo la tienen los judíos.

 

Racistas!!! dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once. La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que no les importa.

 

Blasfemia!!! dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como  para que pasaran diez camellos al trote. La culpa de todo la tienen los  científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.

 

Error!!! dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de  matar mas gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. La culpa de  todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.

   

Infamia!!! dijo un padre mientras trataba de recordar cuantos hijos  tenía exactamente. La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.

 

Me ofenden!!! dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. La culpa de todo la  tiene los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.

 

Minga!!! dijo un policía mientras primero tiraba y después  preguntaba. La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra!!!

 

Desacato!!! dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente  de más de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser. La  culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.

   

Negativo!!! dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que  fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. La culpa de todo la  tienen los jóvenes de pelo largo.

 

Ustedes están del coco!!! dijo un joven mientras pedía explicaciones  de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. La  culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.

 

Embusteros!!! dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver  a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial. La  culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.

 

Censura!!! dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados,  rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. La culpa de todo la  tiene el imperialismo.

 

Thats not true!!! (Eso no es cierto!) dijo un imperialista mientras  cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo  y su gente incluida. The ones to blame are the sepoy, that allowed us to  take even the cat (la culpa la tienen los cipayos que nos permitieron  llevarnos hasta el gato).

 

Infundios!!! dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las  provincias más rentables. La culpa de todo la tiene Magoya.

 

Ridículo!!! dijo Magoya acostumbrado a estas situaciones. La culpa

De todo la tiene Montoto.

 

Cobardes!!! dijo Montoto que de esto también sabia un montón. La  culpa de todo la tiene la gente como vos por escribir boludeces!!!

   

Paren la mano!!! dije yo mientras me protegía detrás de un buzón. Yo sé quien tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El  Otro. El Otro siempre tiene la culpa!!! Eso, eso! exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro!!! Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras  y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras  casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido  descubierto.

 

Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: Que flor de guacho que resulto ser El Otro...!

 

TATO BORES muchos años atrás y siempre vigente, el país no  cambia porque que esta lleno de argentinos.

 

 

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publicado por horacionews a las 21:37 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
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