Anochecer de un día agitado
Con precipitada huída de los imputados finalizaron las indagatorias por el caso Malvino
Finalizaron las indagatorias por el crimen de Ariel Malvino en una jornada que culminó con incidentes y corridas precipitadas por el medio de la calle de parte de los dos últimos testigos, Eduardo Braun Billinghurst y Andrés Gallino que desorientados pugnaban por encontrar un vehículo que los auxilie en la desordenada retirada para eludir el requerimiento de la prensa.
(Corresponsalía Corrientes) Cerca de las 21 la Conjuez María Esther Campanher, en breve contacto con la prensa confirmó, -desde la ventanilla de su auto- que terminó la etapa de indagatorias. “Mañana (martes) estaremos enviando a Buenos Aires el exhorto”, mientras que su secretario agregó que “las siete personas a las que se le tomaron declaración indagatoria prestaron total colaboración”. Este martes se enviará el exhorto a la Cancillería Argentina para su traducción y posterior envío a Brasil.
En la tarde del lunes comparecieron ante la jueza ad hoc, Eduardo Braun, que esquivó el accionar de la prensa, ingresando al juzgado federal dos horas antes de lo establecido. En tanto que pasadas las 18 ingresó Andrés Gallino. Los imputados que eludieron hacer declaraciones a los medios, salieron del juzgado una hora después que lo hiciera la jueza y su secretario, protagonizando una corrida por el medio de la calle 25 de mayo, con idas y vueltas de vereda a vereda, en su afán de zafar del asedio de la prensa, hasta que en la intersección con La Rioja abordaron una camioneta 4X4 importada, que los retiró del lugar.
Según fuentes tribunalicias los jóvenes imputados, habrían admitido su participación en una pelea en la que fueron atacados brutalmente y en defensa propia, pero negando participación en el hecho en el que murió Malvino y negando que uno de ellos haya arrojado una piedra sobre el cuerpo de la víctima.
Fuentes cercanas a la pesquisa dijeron a TÉLAM que durante los interrogatorios a los que fueron sometidos los jóvenes por la conjueza Campanher, Eduardo Braun Billinghurst, Horacio Pozo y Andrés Gallino coincidieron en que recibieron una paliza, que se defendieron, pero que nunca estuvieron cerca de donde cayó herido Malvino.
Las sospechas de los investigadores brasileños, fundadas en las declaraciones de decenas de testigos, sostienen que Gallino fue quien comenzó la pelea con Malvino, que Pozo fue el que le aplicó la trompada con la cual la víctima cayó desvanecida al piso y el menor de los Braun fue quien le arrojó la pesada piedra sobre su cuerpo, mientras la víctima convulsionaba.
Por su parte, Lautaro Braun Billinghurst negó haber participado de la pelea que derivó en la muerte de Malvino, al asegurar que no se hallaba en la avenida principal de Ferrugem, donde se produjo la gresca, sino que estaba junto a otros amigos en una posada de ese poblado brasileño.
El primero en llegar en horas de la mañana al juzgado federal de Corrientes fue Horacio Pozo, hijo del ex Subsecretario de Turismo de la Provincia. Posteriormente fue el turno de Lautaro Braun Billinghurst, quien llegó y se fue del juzgado al ingresar y salir subrepticiamente burlando a la prensa por el acceso a la cámara federal, que tiene comunicación con el juzgado y que no contaba con guardia periodística.
Por la tarde fue el turno de Eduardo -el menor de los Braun Billinghurst- y de Andrés Gallino, que se vieron envueltos en un escándalo a la salida del juzgado, cerca de las 22, cuando emprendieron una huída precipitada por el medio de la calle, por casi cincuenta metros, hasta que abordaron una camioneta que los retiró del lugar. Dos hombres mayores que se encontraban en las inmediaciones contribuyeron al desorden generalizado, entorpeciendo y empujando a los cronistas y reporteros, en una suerte de custodia improvisada que tuvo por objeto “auxiliar” a los jóvenes declarados inocentes.
Una de las estrategias de la defensa apunta a asegurar que Malvino se encontraba bajo los efectos de bebidas alcohólicas, que trastabilló tras intentar agredir a un muchacho y que cayó al piso, lo que le provocó un golpe en la cabeza que derivó en su muerte, dijo un vocero.
Los investigadores brasileños consideran imprescindibles las respuestas a la carta rogatoria de los jóvenes correntinos, porque una vez recibidas las mismas se presume que podrían ordenar la detención de los sospechosos y el pedido de extradición inmediato.